tengo, tengo, tengo... tu no tienes nada

Tengo un vacío pesado en el pecho

el silencio me sofoca,
las lágrimas se me atoran en la garganta
los ojos arden, están secos

Tengo un vacío helado en el pecho

y apenas palabras simples para decirlo,
un sabor salado y metálico en la garganta
y un silencio que me atrapa
grito... nadie escucha nada
me desgarro ...
tengo que limitarme a poner buena cara
a sonreir con dulzura
a decir lo correcto
a entregar comprensión, cariño y buenos ejemplos
mientras tanto,
yo me quedo
con un vacío pesado en el pecho
y una capa de escarcha quemante
para que no se pudran las sonrisas amables

fantasmas

Hoy mi alegría pasó rauda por mi espalda

le vi alejarse,

sentí que escapaba de mí

En esos segundos divisé tu sombra

y todo lo contaminó tu recuerdo

me envenenó la tranquilidad

me amargó la boca

vi con terror la posibilidad

que mi alegría

sea tan sólo algo parecido a tu sombra...