Camilo Felipe
Qué triste su historia
y yo me reía
y me doblaba de la risa...
¡Qué triste!
Camilo Felipe
y yo me ría y me doblaba de la risa
Pobrecito, pobrecito... decía
con la voz entrecortada
en el ataque de emotividad,
entre el dolor y el ahogo que me daban
las carcajadas.
(la ambición del perverso)